Porticada en el concurso de escaparates navideños de Castilla-La Mancha
Tras haber ganado el concurso de escaparates de Guadalajara, nos presentamos al concurso organizado por la comunidad de Castilla-La Mancha. Puedes votarnos haciendo click aquí.
Nuestro escaparate es la carta a los Reyes Magos más especial que hemos podido escribir nunca (y más durante este año tan complicado para todos). Aquí va nuestra carta.
Queridos Reyes Magos:
Como ya sabéis este 2020 no ha sido un buen año. Nuestras vidas se han visto sacudidas desde el tejado a los cimientos y nos ha tocado aprender a vivir de una forma radicalmente distinta. Nos hemos instalado en el miedo, la incertidumbre y la tristeza de no poder sentir el abrazo de nuestra gente. Hemos visto el mundo durante meses a través de la televisión y las noticias no han hecho más que acrecentar nuestra desazón. Hemos sentido la impotencia de no estar cerca de nuestros mayores para cogerles de la mano y decirles que todo va salir bien. Hemos encerrado entre cuatro paredes las infinitas ganas de nuestros hijos de correr por el parque y jugar con otros niños. Nos hemos tenido que acostumbrar a respirar a través de una mascarilla. Y, tristemente, hemos aprendido a decir adiós, a despedirnos de gente que ha sido pilar en nuestras vidas, gente a la que mirábamos con ojos cargados de amor y admiración, gente que frente a la ingenua mirada de la infancia parecía indestructible, gente hacia la que solo tenemos palabras de agradecimiento por millones de bellos motivos, gente que merece hacerla eterna en nuestro recuerdo y en nuestro corazón.
¿Pero sabéis qué? En este 2020 no todo ha sido malo. Nos hemos hecho fuertes, pacientes y, quiero pensar, más solidarios. Hemos reinventado la forma de comunicarnos, de hacer llegar nuestra fuerza y nuestro cariño a través de las vías disponibles. Hemos cantado frente al miedo y aplaudido el valor de nuestros nuevos héroes. Hemos agudizado el sentido del humor y nos hemos dado cuenta de la importancia de la risa. Hemos comenzado a valorar todo aquello tan normalizado por la rutina de la cotidianidad que se había vuelto invisible por culpa de nuestras constantes prisas. Nuestros pequeños nos han dado un ejemplo de fortaleza y valentía, demostrándonos que lo único que necesitan para ser felices es un poquito de nuestro tiempo. Hemos sido conscientes de que no hay mascarilla capaz de eclipsar una sonrisa, que esta nace del corazón y también se refleja en el brillo de nuestros ojos. Hemos aprendido que la distancia no es el olvido.
Por lo que ha sido este año, para el que viene solamente os pido un poquito más de paciencia para afrontar lo que queda y fuerza para seguir siendo responsables, esperanza para aferrarnos a la firme idea de que todo esto pronto llegará a su fin, salud para nuestra gente y nuestro comercio y, sobre todo, aquello que nunca debe faltar en nuestras vidas porque es lo que realmente las mueve: AMOR.
Sé que parece demasiado… pero nos los merecemos.
Feliz Navidad.